Los Maestros de Danza de María Bárbara de Braganza (María Bárbara de Portugal)
Tanto en Portugal como en España, diversos relatos históricos de la época destacan la práctica de la danza por parte de María Bárbara y otros miembros de la familia real. La danza constituía un componente esencial de la educación de la realeza y la nobleza, inspirándose principalmente en la corte de Luis XIV. En Lisboa, María Bárbara recibió inicialmente lecciones de danza del catalán Joseph Borques y más tarde de Pedro Duya, de origen francés, y nombrado "Maestro de Danza de la Casa Real" en 1724. En Madrid, sus "maestros de danzar" fueron Michel Gaudrau y Sebastian Cristiani di Scio, ambos asociados a la Casa de la Reina.
El estudio de la práctica de la danza en un entorno cortesano abarcaba las danzas de estilo noble francés destinadas a los bailes, distintas de las danzas teatrales interpretadas normalmente en el escenario por bailarines profesionales.
Algunos de los mismos tipos de danza y música (como un minué o una bourrée) podían atravesar tanto el repertorio del salón como el del teatro. Sin embargo, la composición coreográfica y la complejidad técnica de los pasos y las figuras de baile diferían. Aunque España tenía su propia tradición dancística, Isabel Farnesio también fomentó la práctica de la danza francesa e italiana, que María Bárbara ya conocía gracias a su madre y a los instructores que tuvo en Lisboa. En el siglo XVIII proliferaron las publicaciones con recopilaciones de danzas y tratados, ampliamente difundidos y adaptados localmente. Junto a la enseñanza de la técnica y coreografía de la danza, documentada a través de la notación Feuillet-Beauchamp, estos tratados servían como manuales didácticos que transmitían modelos cortesanos y normas de sociabilidad.