Las Verónicas 

A finales del siglo XV, el obispo Osorio mandó imprimir cincuenta mil estampas con la imagen del Santo Rostro, las llamadas “Verónicas”, sobre pergamino.

También se hicieron otras realizadas sobre lienzo, cristal, cobre o piel. Se solían incrustar en joyas, en marcos de plata o madera e, incluso, en filigranas de plata

Por contacto con el original, sus propiedades pasaban a las Verónicas y, además, nuevamente a través del tacto, a las personas que las poseían. El recuerdo directo de Cristo se hacía patente. También tendrían la remembranza de la reliquia giennense al ver la pintura o el grabado colgado de los muros de sus casas o sobre su ropa en forma de joya.

Taller giennense, Verónica, h. 1731. Jaén, Santa Iglesia Catedral de la Asunción.