The light effects

«Ma la quantità de’ lumi eccessiva, che intorno al Catafalco, & per tutta la Chiesa arder si vedeva, arrecava all’uno, & all’altra meravigliosa maestà, & bellezza… la Cornice grande della Chiesa, come quella, che è soprastante a tutte le Cappelle delle Navi minori, si mostravano sì piene di lumi, che più tosto ad una fiamma continovata, che a moltitudine di fiaccole accese s’assomigliavano; si che d’ogni intorno veggendo ardere così numerosa quantità di fiamme, che più di tremila erano, delle quali mille dugento n’ardevano intorno, & sopra al Catafalco; quegli, che nelle Chiesa entravano più tosto al notturno Cielo all’hora che di lucidissime Stelle ingemmate risplende, che a funerale di morti, il rendevano simigliante… Sole luminosissimo il Catafalco. Stelle lucidissime gli altri lumi per la Chiesa sparsi esser dicevano… Tale adunque a gli occhi de’riguardanti l’Apparato si faceva vedere, intorno al quale si come non sapevano finir di rimirar hor una cosa, & hor un’altra, così pervenuti al Catafalco non facevano partirsi… Gl’huomini, che nell’effetto, & non alla ragione delle cose rimirano, e più oltre non trapassano…
Ma non finirono già i Popoli di riguardar l’Apparato, anzi invaghiti più che mai ogn’hor una cosa, & hora un’altra rimirando, restando ogn’hora più meravigliati, finalmente più stracchi, che sazii nel dipartirsi, si sentivano con somma lode celebrar hor l’altezza dell’invenzione, hor la bellezza della dispositione, hor la maestria dell’opera, hor la maestà del Catafalco, hor la diligenza di chi n’hebbe la cura ma sopra tutto era esaltata la Magnificenza del Gran Duca…»

Pero la excesiva cantidad de luz, que se veía arder alrededor del catafalco y por toda la Iglesia, aportaba a una y a otra maravillosa majestuosidad y belleza.... La gran cornisa de la Iglesia, así como la que está por encima de todas las Capillas de las Naves menores, parecían tan llenas de luz que más bien parecían una llama continua que una multitud de antorchas encendidas; de modo que, viendo tantas llamas ardiendo alrededor, que había más de tres mil de ellas, de las cuales mil doscientas ardían alrededor y por encima del Catafalco; los que entraban en la Iglesia más pronto tenían la impresión del cielo nocturno a la hora en que resplandece con las estrellas más brillantes, que de un funeral de difuntos... Sol más luminoso el Catafalco. Se decía que las estrellas más brillantes estaban esparcidas alrededor de la Iglesia... Tal era, pues, el Aparato revelado a los ojos de los que miraban, alrededor del cual, así como no sabían dejar de mirar una cosa u otra, así, una vez llegados al Catafalco, no se iban... Hombres que miran el efecto y no la razón de las cosas, y que no van más allá...

Pero la gente aún no había terminado de contemplar el aparato, y estaban más embelesados que nunca, cada vez miraban una cosa y cada vez miraban otra, cada vez estaban más asombrados, y finalmente abandonando el lugar más exhaustos que saciados, se les oía expresar grandes elogios, celebrando la alteza de la invención, la belleza del arreglo, la maestría de la obra, la majestuosidad del Catafalco, la diligencia de los que se ocupaban de él, pero sobre todo, la Magnificencia del Gran Duque. ..

Vincentio Pitti, Essequie della sacra cattolica real maestà del re di Spagna D. Filippo II. D’Austria. Nella stamperia del Sermatelli, En Firenze, 1598, pp. 67, 69–70, 74–75.